CONTROL DE ACCESO FÍSICO
El control de acceso físico protege tanto los activos tangibles como los intangibles al limitar el acceso solo a personas autorizadas. Los sistemas contemporáneos también proporcionan un historial de quién obtuvo acceso y cuándo se concedió dicho acceso.
En realidad, el control de acceso es una constante en la vida cotidiana de las personas. Una simple llave y cerradura en la puerta de una casa u oficina es un sistema de control de acceso. Los sistemas más modernos han utilizado tarjetas, tanto en tecnologías de baja como de alta seguridad (es decir, tarjetas de proximidad de 125 KHz frente a tarjetas inteligentes encriptadas) durante unos 25 años, con la ventaja de que las tarjetas son mucho más fáciles de gestionar que las llaves y proporcionan un registro de quién está accediendo a las instalaciones. Pero, al igual que una cerradura y llave simples, las tarjetas son vulnerables a la pérdida o el robo, y en algunos casos, al préstamo de la tarjeta por parte de un interno. Además, al igual que los PIN y contraseñas para sistemas de control de acceso lógico, las tarjetas pueden ser costosas de administrar y soportar durante su ciclo de vida debido a pérdidas, daños o robos.
Las instalaciones de mayor seguridad están migrando ahora hacia la autenticación basada en biometría para el control de acceso, tanto en enfoques de un solo factor como en enfoques multifactor. Más allá de las soluciones de huellas dactilares, el reconocimiento de iris en el control de acceso físico se presta a soluciones de un solo factor, debido a su alta resistencia inherente a coincidencias falsas, a veces llamadas aceptaciones falsas, en las que el sistema permitiría a un impostor acceder a las instalaciones. Las soluciones de dos factores típicamente requerirán el deslizamiento de una tarjeta de identificación y proporcionar una biometría para obtener acceso, pero ralentizan la entrada a las instalaciones y suelen requerir más soporte administrativo para las tarjetas perdidas.
Las soluciones de iris de un solo factor, en otras palabras, pueden ser tanto más seguras como menos costosas que las implementaciones de solo tarjeta o de dos factores.
Muchas empresas e instituciones gubernamentales están aplicando el reconocimiento de iris en sus instalaciones más seguras, como centros de datos, depósitos de alto valor, laboratorios, salas de control de sistemas informáticos, entre otros.